Hoy no importa nada. Ni el intercambio epistolar, ni los testigos, ni el Seclo. El Mundial de Qatar 2022 nos consagró campeones y tenemos derecho a festejar.
Mañana será otro día, con la misma pasión que el futbol representa para los argentinos, pero contenida adentro. Habrá que suspender la fiesta y salir a jugar nuestros propios encuentros, como siempre, con los problemas diarios. Volverán otros torneos y muchos de nosotros tendremos que trabajar en los horarios de programación de los partidos. Y aquí, viene el dilema.
Si bien nuestra apuesta por el deporte y el entusiasmo puede despertar en el lector alguna sonrisa, no podemos dejar de recordar un fallo de la Sala IX de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, que ya tiene algunos años, en el cual se estimó como abandono de trabajo, el retiro del trabajador -ya apercibido anteriormente- para “escaparse” a mirar un partido de futbol.
Dice la sentencia:
“No es posible soslayar que sobre todo la última falta cometida violentó el principio de buena fe, ya que el empleado se retiró de sus obligaciones sin dar aviso a nadie y que sólo fue descubierto en las filmaciones de las cámaras de seguridad del negocio –tal como relataron las dicentes citadas- lo que agudiza su ya endeble situación, dado que se debe entender que obró con ardid al abandonar las instalaciones de su empleador para ver un encuentro deportivo, lo cual otorga sustento a la decisión decidida a su respecto. Es que el artículo 242 de la LCT, al definir los incumplimientos susceptibles de ser invocados como justa causa de despido, remite a la gravedad de la falta constitutiva de la injuria y a lo inequitativo que resulta exigir a la parte cumplidora que continúe observando el contrato cuando el equilibrio fue quebrantado. Por consiguiente, en el marco del conflicto habido, la denuncia se ajustó a derecho, dado que el trabajador se había obligado a prestar servicios y en lugar de ello se ausentó deliberadamente de sus obligaciones al menos en dos oportunidades y a pesar de que había sido apercibido días antes por el mismo motivo.”
Con este desinteresado consejo damos por terminada la cuestión sin mayores comentarios, porque también tenemos la camiseta puesta y no sea cuestión de generar polémica ni que nos tomen de aguafiestas.
Nos despedimos entonces con esta victoria que nos llena de orgullo y alegría. Nuestra Selección merecía este resultado deportivo y vendrán muchos más. Elegimos creer.
El equipo de Doctrina Laboral